Juego para realizar construcciones elaboradas, trabajar simetrías,....
JUGAR.
martes, 26 de febrero de 2013
lunes, 25 de febrero de 2013
10 Razones para leer un cuento a los niños
1. Los cuentos ayudan al niño a resolver sus conflictos afectivos y descargar sus angustias. Cada final feliz le da consuelo, esperanza y confianza.
2. Los cuentos aportan experiencias variadas que aumentan su conocimiento de la realidad y van enriqueciendo su forma de pensar y conformando sus conductas.
3. Los cuentos de hadas ahuyentan pesadillas y temores nocturnos. El niño adquiere seguridad en sí mismo cuando comprueba que el protagonista ha sido capaz de vencer al lobo o a la bruja.
4. Había una vez.... Los cuentos tradicionales tienen una gran fuerza evocadora. Tienen el poder de introducir al niño en un mundo diferente.
5. Los padres que cuentan cuentos a sus hijos afianzan los lazos afectivos con ellos: el niño es consciente de que sus padres están ahí para dialogar, compartir sus fantasías, aclararle sus dudas... para estar con él.
6. El cuento estimula el lenguaje del niño y lo pone en contacto con la lengua literaria, más cuidada que el lenguaje cotidiano. El cuento aumenta su capacidad de comprensión y expresión.
7. Los libros con imágenes, viñetas o pictogramas provocan en el niño el deseo de comenzar a leer.
8. La narración de los cuentos fomenta su actitud de escucha y su memoria.
9. Los cuentos populares que tratan temas y costumbres de nuestra sociedad ayudan al niño a conocer las tradiciones ancestrales.
10. Al hilo de nuestras narraciones, el niño puede inventar sus propias versiones, según su fantasía. De esta forma, también fomentamos su creatividad.
Trucos para aficionar a los niños a la lectura
- Mantener una cita regular con el niño o niña y la lectura. El mejor momento, por la noche, antes de que se duerma.No cortar la narración. Los niños necesitan conocer el comienzo, el desarrollo y el fin de la historia para comprender la estructura.
- No recordar al niño que tendrá que aprender a leer para estudiar.No desmenuzar la historia con excesivas explicaciones o preguntas sobre el texto. La magia se esfuma.
- Potenciar la conversación que provoca la historia es de sumo interés para el niño.
- Transmitir entusiasmo al leer: un cuento leído con cierta teatralidad acapara la atención del niño: cambios de voz, gestos.. Dejar a los niños que manipulen los cuentos, los hojeen, investiguen, miren las ilustraciones, nos comenten lo que ven...Las rimas, adivinanzas y trabalenguas tienen mucha musicalidad y los divierten.La selección de los libros es importantísima: ilustraciones, temas, papel....Pero sobre todo que sean adecuados a la edad. No olvidar que, a cualquier edad, la lectura es un placer compartido.
Fuente: Conmishijos
Virginia González. Psicóloga escolar y profesora de Educación Infantil
jueves, 14 de febrero de 2013
DE 3 A 6 AÑOS:¡SÚBELE LA AUTOESTIMA!
Los primeros años de vida son
fundamentales para que el niño adquiera seguridad en sí mismo, para que
aprenda a auto valorarse y verse como alguien capaz de superarse en cada
reto. Nuestra actitud y la valoración que hagamos sobré él y sus actos
tienen un papel fundamental en este logro.
En estas edades nuestros hijos ya han
dejado de ser bebes y se van convirtiendo en pequeñas personitas.
Comienzan a desarrollar una personalidad que va a depender, en un
porcentaje muy alto, del modo en el que les tratemos y les veamos.
Muchos expertos afirman que las edades
más importantes para el desarrollo de la autoestima son la niñez
temprana y media (de tres a diez años). En esta etapa, los niños se
concentran en los sentimientos que tienen respecto a ellos mismos y su
valor personal. Crearán su auto concepto y autoestima a partir de
nuestras valoraciones. Por ello debemos cuidar especialmente su
desarrollo y asegurarnos de proporcionarles una autoestima fuerte. De
esto dependerá que sean niños seguros y decididos, ya que todo lo que se
consigue en este periodo puede sellar su conducta y su postura hacia la
vida en la edad adulta.
Refuerzo positivo
Para que nuestro hijo desarrolle una
autoestima fuerte, es necesario valorar todo aquello que hace bien y en
lo que destaca. Si no apreciamos positivamente sus conductas, no sabrá
si éstas son buenas o menos buenas y, por tanto, si está o no haciendo
bien las cosas.
Esta valoración debe ser diaria,
constante y natural. Todos los días hay alguna conducta positiva que
potenciar y destacar, incluso aquellos días en lo que los niños se han
portado peor. Hay que pararse a pensar y analizar cada jornada y seguro
que lograremos encontrar algo que recalcar. Si de manera habitual
hacemos el ejercicio de encontrar aspectos positivos que valorar y
subrayar en nuestros hijos, llegará un momento en que se haga de manera
natural, estableciendo un estilo educativo basado en el refuerzo
positivo.
¿Cuándo hay que elogiarle?
Al niño hay que elogiarle siempre. Toda
conducta positiva debe ser celebrada. Será el único modo que tenga el
niño de saber que eso que está haciendo está realmente bien y que es así
como debe comportarse. No hay una edad determinada ni un momento
específico, sino que todas las edades y todos los momentos son oportunos
y adecuados. Los niños con autoestima alta cuentan con una ventaja por
encima de todo, que es la felicidad: son niños más alegres y felices.
Por otro lado, se sienten competentes, más seguros de sí mismos y
valiosos. Esta seguridad, en un futuro les ayudará a :
- Ser responsables.
- Tener muy claro hacia dónde van y qué quieren lograr.
- Confiar más en sí mismos.
- Contar con más fuerza y recursos para luchar y tratar de lograr sus objetivos, así como para resolver posibles dificultades que se les puedan presentar.
- Ser emocionalmente más fuertes.
- Comunicarse con fluidez.
- Saber mantener relaciones sociales más estables y duraderas.
- Ser más optimistas y contagiar esa actitud a los demás.
Te queremos tal como eres
La seguridad es fundamental para alcanzar
el éxito. Para que se valore a sí mismo y se considere capaz de hacer
esto y aquello, es primordial que se sienta seguro, aceptado y querido
por los que le rodean.
Unos padres excesivamente exigentes
pueden lograr que un niño con unas capacidades extraordinarias no
consiga más que sacar los cursos raspando. Otro más normalito podrá
obtener las mejores notas, porque sus padres lo han aceptado tal como es
y han orientado sus expectativas hacia aspectos muy concretos de su
desarrollo.
El niño necesita comprobar que le quieren
por ser él, no por sacar buenas notas o no romper platos. No sería
nunca aconsejable que pensara que debe cumplir las expectativas de sus
padres para comprar su cariño o confianza.
En cambio, no es malo que las conozca, si
son razonables y posibles para él, porque le proporcionarán también la
oportunidad de luchar y obtener unos éxitos que darán un alegrón a los
papás. Si el pequeño se siente querido y aceptado, tendrá una actitud
más positiva, será capaz de ponerse metas realistas y, de ese modo, auto
motivarse para alcanzar otras aún más altas.
¡Puedes con todo!
Nuestro hijo agradecerá y responderá
también mucho mejor con un gesto de aprobación y unas palabras de ánimo
con el grado justo de reproche, que con cuatro gritos y un castigo
rápido e inapelable. La clave del éxito en la educación de la autoestima
de nuestros hijos está en el clima que se establezca con los adultos
que le rodean.
Mucho más efectivo que levantar la voz –o
peor, la mano—es emplear los elogios y la motivación. Un “¡Tú puedes,
campeón!” puede lograr que el niño llegue mucho más lejos de lo que él y
nosotros mismos hubiéramos nunca pensado. Esta expresión u otras
similares no deben faltar nunca en nuestros labios. Cuanto más desastre
sea el pequeño, más necesitará oír esas palabras de ánimo y, sobre todo,
comprobar que nosotros tenemos confianza en él.
Reñirle sin herirle
Cuando nuestro hijo comete un error
debemos hacérselo saber –y procurar que no vuelva a cometerlo–, pero no
transmitirle que es mejor o peor por esto. No debemos juzgarle. Es
importante explicarle bien por qué no debe comportarse así y, a su vez,
decirle cómo debe hacerlo para que en la siguiente ocasión actúe
correctamente. Es necesario exigirle con cariño y darle la seguridad de
que le queremos igual, independientemente de cómo se haya comportado.
Tampoco debemos temer reñirle ni pensar que le vamos a frustrar. No les
frustramos con un NO, en cambio, el no hacerlo sí que le puede
perjudicar.
Lo importante en todo proceso de
crecimiento de nuestro hijo es que le demos la posibilidad de ser, de
sentirse bien consigo mismo, contando en todo momento con nuestro
afecto, cariño, valoración de sus cualidades y apoyándole cuando algo
vaya mal. Para eso, es necesario conocerle cada día favoreciendo los
encuentros, las conversaciones y el contacto físico.
Conchita Requero
lunes, 11 de febrero de 2013
3 motivos por los que es importante que tu hijo juegue
Para un niño, el juego es una actividad
esencial y muy natural. Si un niño no juega, es porque algo le pasa,
porque está cansado, enfermo o porque no se siente querido. Esta
actividad se da durante el tiempo de ocio y nosotros, como padres, debemos promoverla porque es muy importante para el desarrollo personal de nuestros pequeños.
Jugar les permite a los chicos:
-Explorar el mundo y desarrollar su
motricidad. Tu hijo tiene la necesidad de moverse, correr y agitarse.
Con el juego afirma su destreza, agilidad o coordinación. Gracias al
movimiento que tus hijos pequeños hacen al jugar, dominan nociones
espacio-temporales. Madurarán en tu hijo aspectos básicos que luego
serán muy importantes para el aprendizaje, cuando vaya al colegio.
Es un error obligar a tu hijo a estar
quieto, sentado. Tienes que dejarlo jugar. Eso sí, dale un espacio para
hacerlo, mucho mejor si es en un jardín o en un parque, fuera de casa (y
no en el sillón, frente a una pantalla por horas).
-Socializar: Después de los dos años,
en los que el niño es naturalmente egocéntrico, por fin mostrará
interés en jugar con otros niños. Esta interacción enriquece su vida,
porque le enseña a convivir y compartir con los demás, a respetar reglas, etc.
-Desarrollar su inteligencia
y la creatividad. A través del juego es como un niño aprende mejor. La
creatividad les otorga a nuestros hijos una manera única de acercarse al
mundo.
(Fuente: Educar en el Ocio y el Tiempo Libre de Pablo Garrido Gil)
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